lunes, 30 de agosto de 2010
el oficinista volador
pánico
vamos circulen. todo está bajo control. los guardias se lo llevan. van a desaparecerlo de nuestras vidas para que podamos seguir tomando el metro sin ningún trauma. todo está bien señores. no le responden las piernas. circulen. ¿te das cuenta de lo que acabas de hacer? circulen. acá no ha pasado nada.
relájate
éste es el último fracaso. no habrán más oportunidades. debiste matarte en cuanto podías, cuando llevabas corbata y parecías una persona normal. te veo tenso, relájate. esa camisa es por tu bien, podrías hacerte daño de nuevo. no es sano que alguien quiera quietarse la vida. por Dios que no es sano.
tranquilo, tranquilo, nosotros vamos a cuidar de ti hasta que des pruebas de amar la vida. ¡Enfermera! ¡Enfermera! se ha puesto otra vez violento ¡Enfermera! inyéctelo usted. trató de morderme.
por favor Enfermera apriétele las correas, me da miedo que pueda soltarse. gracias Enfermera.
arrepentimiento
está bien, volver a intentarlo pero esta vez tratar de ser feliz. esta vez proponérselo seriamente.
un día normal
el oficinista seguramente va retrasado para el trabajo, seguramente se encuentra al borde del despido, seguramente el suicidarse no estaba en la agenda, seguramente es el primer arrebato de voluntad que se permite, seguramente ve los rieles, seguramente se imagina volando, seguramente quiere acabarlo todo, seguramente salta, seguramente salta, seguramente.
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el oficinista volador alexander ríos
domingo, 29 de agosto de 2010
ceguera
la gente siempre está buscando algún ciego para ayudarlo a cruzar la calle, y así volver a casa y dormir tranquilos, contentos de poder verlo todo.
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